Bitácora de Sergio Casado

jueves, 22 de septiembre de 2011

Dieciocho días

Dieciocho días para buscar. ¿El qué? No lo sé. Hoy terminaban y el tren quedó parado un buen rato hasta que enviaron otro a recoger a los viajeros. Un viaje en AVE previsto para hora y cuarto que acabó durando más de tres. Mientras, releía un libro de Miguel Sánchez-Ostiz, “Liquidación por derribo”, después de haber terminado en estos días con lo previsto, como un Unamuno (“Abel Sánchez”) y lo no previsto, como Hemingway (“A moveable feast”). Hubo pues, tiempo para el viaje solitario en trenes, en autobuses, a pie. También para estarme quieto. Hubo tiempo caluroso de fin de verano, y un encuentro con D. y la naturbier en Madrid, también la buena comida y la buena compañía en Santander, las grandes caminatas por el rincón de Mataleñas, Somo o Pedreña y la modorra final en Tarragona. Uno de mis viajes, vamos, que no sé si son mejores o peores, pero son los míos. Al final, las ganas de volver a casa y las ganas de tirar para adelante, que no es poco.

... de mi vida empujada, mal dirigida, yo qué sé, un barullo del que precisamente saco la fuerza para seguir con mi escritura, pase lo que pase, rediós, pase lo que pase.”
(de “Liquidación por derribo”, Miguel Sánchez-Ostiz)

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