Bitácora de Sergio Casado

lunes, 27 de mayo de 2013

La primavera no acaba de llegar. Pasó un mes de Mayo por lo general oscuro, de lluvias intermitentes, cierzos fríos y mucho desconcierto. La necesidad es darse cuenta cada día de lo que uno no hace bien, no para intentar al día siguiente arreglarlo, porque no será posible, sino para simplemente mejorar un poco, sólo un poco. A partir de ahí quizá pueda lograrse algo. Y mientras. seguir confiando en que aparezca una luz intensa; si no es así, intentar crearla por mí mismo aunque sea minúscula. Se trata de seguir en la búsqueda de la pepita de oro, de otro párrafo de otro libro, de las palabras luminosas y olvidadas.

... No obstante, a todo hombre – si es que es un hombre -, sus precedentes y continuos errores deberían servirle para esforzarse por redimir una parte de ese pasado.”

(de “Dudas del convaleciente”, Robert Louis Stevenson)

miércoles, 1 de mayo de 2013


Días finales de Abril de lluvias y fríos, de encuentros con gente conocida que parece aplastada por el empuje de esta gran borrasca de inquietud e incertidumbre. Así se van apagando los sueños de casi cuarenta años de democracia: sin rumbo, sin saber lo que se quiere ni hacia donde dirigirse. Un primero de Mayo con las voces silenciadas, narcotizadas o desaparecidas. Sólo queda la resistencia hasta donde se pueda, en una especie de exilio interior, en aquello en lo que todavía uno cree: el arte, los libros o una buena película.


POR RARO QUE PAREZCA
Me hice ilusiones.
No sé con qué, pero las hice a mi medida.
Debió de haber sido con materiales muy poco consistentes.
(de “Nada grave”, Ángel González)