Bitácora de Sergio Casado

domingo, 30 de diciembre de 2012


Unos días enfermo, embarullado. Esta mañana, recogí un rato mi cuaderno blanco, en el que apunto cosas. Intenté encontrar algo que me sirviera de puntal para terminar el año, de trampolín para el siguiente. Me encontré con algo escrito exactamente hace un año, el treinta de diciembre del 2011. Decía esto: “La importancia de leer más que nunca, ver buen cine, escuchar buena música, la respuesta de la dignidad frente a la ignorancia y la estupidez, apartarse del mediocre que no aspira a mejorar sino a a su propio pesebre, la importancia de la feroz resistencia ante cualquier desánimo que nos asalte”. Con esto, y Stevenson, veremos como aparecemos en el 13.


Con un poco más de paciencia y un poco menos de mal humor podría encontrarse un sistema más prudente y amable para resolver casi todos los problemas, ...”
(de “Sermón de Navidad”, Robert Louis Stevenson)

jueves, 13 de diciembre de 2012


Más libros. Aquí y allá. Poemas en una búsqueda sin ton ni son. Mi vagabundeo. Firmo en la Biblioteca de Aragón, la que desearía abriera 365 días al año, contra el recorte. Ahora cerraran durante los sábados del próximo año, que tiene un presupuesto de cero euros para comprar nuevos libros. El panorama es cada vez más oscuro. Tomo prestados “Noche de los enamorados”, de Félix Romeo y “Confesión”, de Tolstoi, para releerlo. El refugio de la lectura y veremos por donde salimos.


"La vida de nuestra clase, la de los ricos y los sabios, no sólo se volvió desagradable para mí, sino que perdió todo sentido. Todos nuestros actos y pensamientos, nuestra ciencia, nuestro arte, se me revelaron como una nueva complacencia. Comprendí que allí no era posible encontrar un sentido. Los actos del pueblo, trabajador, de aquellos que crean la vida, se me presentaron como el único camino posible".
(de "Confesión", Lev Tolstoi)

sábado, 1 de diciembre de 2012


Sobre el disfrute de los lugares desagradables”, de Robert Louis Stevenson. Un ensayo que encuentro en una recopilación de Siruela, que también contiene divagaciones sobre caminos y caminatas. En medio de cierzos que cortan, siempre queda el recodo de un Café, de las páginas de un libro. Me quedo con un par de frases luminosas.


Porque cuando se nos coloca en un barrio feo, y, sobre todo, si nos hemos vuelto más o menos dependientes de lo que vemos, debemos proponernos descubir cosas bellas con la pasión y la paciencia de un botanista en pos de una planta rara.”


... El placer estaba en alejarse del viento, sin olvidarlo en ningún momento, y acurrucarse en el refugio.”
(de “Sobre el disfrute de los lugares desagradables”, Robert Louis Stevenson”)

Días de frío. Mañaneos de cierzo. En las bibliotecas busco algún párrafo, me distraigo a menudo del camino recto. De la biblioteca de la Facultad de Derecho, me deslizo a la María Moliner. Me voy por los cerros de Úbeda. Las palabras de estos días son Gao Ping, mafia, preferentes, Bankia, Caja3, despidos, fusión. Cojo aire: desconcierto, suicidios, Iberia, sanidad, privatizaciones, subcultura, Wert. Paro. FROB. Ollie Rehn. Ajusto mi bufanda y mi abrigo y de nuevo me enfrento a esta ventolera, con café y libros.


VISTA CANSADA
No achaques a tu edad,
este desinterés, la indiferencia
-casi desdén-
con que hoy miras la vida.
No culpes a tus ojos fatigados.


La fatiga
no está en los ojos que miran,
está en todo lo que ven.
(“Vista cansada”, de Ángel González)