Bitácora de Sergio Casado

lunes, 17 de septiembre de 2012


Alguna voz habrá estos días que recuerde a Labordeta, voz de Aragón que una vez desaparecida, deja esta tierra tan huérfana de algo que no sea mostrenquez, que queda uno totalmente desanimado. Leo esta tarde la “Historia de Paletonia” de Labordeta, que en 1977 escribió unas crónicas sobre esta tierra desnaturalizada ya, sin rumbo, que no sabe lo que fue (si alguna vez fue algo), lo que es, ni lo que quiere ser. Un puro absurdo. Por aquí quedan los últimos resistentes, como Xoquín o Maestre Paz, entre otros. Pero sin El-Llaboreta, tras el que no-se-esconde Labordeta, Paletonia es cada vez mas Paletonia. Paletonia del Imperio Romano. Ahora Paletonia del Imperio Germánico de Merkel y las voces del Imperio del No-Se-Qué. Sólo queda seguir leyendo y recordando a Labordeta, para no acabar del todo pensando como todos.


... Villa Paletón se hizo un monstruo, pues la ilusión era meter a todo el personal en ese corrico: cuanto más gente, más casas; cuantas más casas, más cemento; cuanto más cemento, más dividendos y cuantos más dividendos, más alegría en el templo Pardus Vincitorix, directamente unido a los templos romañones de los Alpes – actual Suiza.”
(de “Historia de Paletonia”, de Jose Antonio Labordeta).

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