Bitácora de Sergio Casado

miércoles, 7 de marzo de 2012

Días de Marzo, de algarazos e incertidumbre. En medio de todo, afortunadamente, vuelvo a Labordeta. Me prometí a mi mismo no olvidarle, recordarle, leerle y releerle continuamente, para no perder de vista el rumbo de su barco, para tener al menos la guía del fantasma que dejó en lo escrito. Y cayó en mis manos esa recopilación titulada “Tierra sin mar”, realizada por Félix Romeo y publicada por Xordica. Es un libro que tiene en todas sus páginas presente el desencanto de un Labordeta ya envejecido, que continuamente evoca sus paraísos perdidos, que se duele de las derrotas y la melancolía, en esa “cuesta abajo imperceptible”. Pero ante todo ello no se rinde nunca, con el coraje y la dignidad por banderas. Es un libro emocionante, poético, excepcional, con una prosa que fluye verdadera. Una joya.

Los viejos depresivos siempre tenemos la esperanza de que la historia ponga de nuevo a los personajes en su sitio y podamos no dudar de que los sueños se cumplan, de que de verdad el sueño de una sociedad basada en la solidaridad , en la igualdad, en la defensa de la libertad, regrese”.
(de “Y los sueños ¿sueños son?” de José Antonio Labordeta)

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