Bitácora de Sergio Casado

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Leer

En Madrid pasaron muchas cosas. Estuve unos días, viendo exposiciones de Chris Killip, Meliés, Magnum First, viendo alguna película, vagabundeando, tomando algún vino y charlando con H., N., y D. Y en una librería de segunda mano, casualmente, apareció "Un pueblecito. Riofrío de Ávila". Lo leí con placer en el tren de vuelta. Una vieja edición de Austral y un libro muy curioso, del que había oído hablar gracias a Borau (gracias doblemente a D.). Algunos fragmentos son de gran altura, especialmente en el epílogo final. Volveré a este libro, releeré algunas de sus partes más de una vez. Eso es seguro.

"... Lees mucho; mas la lectura -lo dijo Montaigne, nuestro amigo, hace mucho tiempo-, la lectura entristece. Al tío Cacharro le haces decir alguna vez: "Siempre está vuestra merced encerrado; otros señores se divierten, ya asistiendo al baile, ya jugando a la calva; y así se pasa el tiempo. Yo no sé cómo vuestra merced no se aburre. Tanto leer no puede ser bueno." Tú mismo lo conoces, y experimentas los efectos de la melancolía producida por la lectura. Tanto leer no puede ser bueno. ¿Pero qué vas a hacer si no lees? ¿Qué vamos a hacer -tú, yo y otros tantos- si no leemos a filósofos, poetas, literatos, autores de todo género y catadura? Leer: ése es nuestro sino."

(de "Un pueblecito. Riofrío de Ávila", Azorín)

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