Bitácora de Sergio Casado

domingo, 18 de noviembre de 2012


Días de despidos masivos, de seguir con el saqueo. Así lo hemos querido. En Iberia, en el diario “El País”, en el derrumbe de una frágil muralla que pensábamos era de grueso ladrillo y era sólo de barro. Mientras sigue cayendo la que está cayendo, ando leyendo la autobiografía de Rafa Nadal, no sé si idea suya o de algún editor avispado. Parece hecha a todo correr, encargándola a un tipo con estrella, John Carlin. Aquí hay párrafos plomizos, cansinos, describiendo el juego, pero en ocasiones hay también reflexiones del propio Nadal, uno de los grandes tenistas de la historia, que brillan, que son el verdadero zumo del que se puede sacar algo. La filosofía del aguante impuesta por Toni Nadal es una de ellas. Un libro prematuro pero que me trae un rato de entretenimiento antes de pasar a lo siguiente.


La misión de Toni era, como siempre, encontrar las palabras justas para la ocasión. Pero esta vez dudaba. Más tarde admitió que, cuando se puso a llover en aquel quinto set, se había resignado a verme perder. Procuró poner una cara resuelta, se esforzó por reprimir lo que en realidad sentía y me soltó un breve sermón que ya había oído en anteriores ocasiones y que pronunció mecánicamente, de eso me di cuenta.
Mientras yo estaba sentado en el banco, se inclinó hacia mí y dijo:
Mira, por pequeña que sea la posibilidad de ganar, lucha hasta el final. La recompensa es demasiado grande para que no te esfuerces. Muchas veces, los jugadores, por desánimo o agotamiento, no presentan la batalla que exigen las circunstancias, pero si hay una posibilidad, sólo una, lucha por ella hasta que todo esté perdido. Si consigues que el marcador llegue a estar 4-4, no será el que mejor juegue el que gane, sino el que mejor controle sus nervios.””
(de “Rafa. Mi historia”, Rafa Nadal & John Carlin)

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