Bitácora de Sergio Casado

lunes, 23 de abril de 2012


Agarrarse a un libro. San Jorge, día de libros, de buen tiempo, de sacudirse cualquier desánimo. Ser positivos. Hojear unas líneas, unos párrafos, un texto favorito o uno nuevo. Una buena comida, un buen café, estar vivos, caminar, escuchar a Vivaldi a todo trapo. Combatir el cinismo, a los cenizos, a mi Hyde más tenebroso con la lucidez del Jekyll a veces cansado y derrotado.

Durante el reflujo, maravillas de formas y de colores se escurrían entre mis pies; yo quería tomarlas, pero se me escapaban; aquellas que alcanzaba, las encontraba más bellas que cuando las había entrevisto: trozos de nácar dignos de ornar una vitrina o, engastados en oro, de enjoyar el dedo de una mujer; pura ilusión de arena coloreada; fragmentos y guijarros que, al secarse, se volvían tan delustrados y vulgares como la gravilla del sendero de un jardín”.
(de “En los mares del sur”, Robert Louis Stevenson)

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