Unos
días estupendos de arranque de septiembre. Un instante breve antes
del otoño. Las preocupaciones, los malestares, las dudas, la
confusión, están siempre metidas en las lentejas de cada día, pero
hay que mantenerse firme en el barco. Arranqué esta bitácora hace
un año, intentando recordar, tener siempre presente el viaje de
Slocum en el Spray. Tengo el libro siempre cerca, a mano, para leer
un párrafo o una página. Es un leit-motiv, una manera de ver y
encajar. No podemos perder las ilusiones, ni dejar de alegrarnos
por estar vivos, por caminar un rato, por vivir en paz, entre tantos
problemas (pequeños o grandes). Y a esos problemas, no apartarles
la cara, no mirar para otro lado, no esconderse. Estar vivos y
luchar. Y cuando se pueda, disfrutar.
“...
No es que las temiese más a bordo del Spray que en un barco grande,
sino que siempre he preferido, a ser posible, el tiempo bueno en
cualquier circunstancia. Verdad es que en toda época puede
encontrar tempestades fuertes en las cercanías del cabo de Buena
Esperanza, pero en verano son menos frecuentes y no duran tanto. …
”.
(de
“A bordo del Spray”, Joshua Slocum)
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