Alguna
voz habrá estos días que recuerde a Labordeta, voz de Aragón que
una vez desaparecida, deja esta tierra tan huérfana de algo que no
sea mostrenquez, que queda uno totalmente desanimado. Leo esta
tarde la “Historia de Paletonia” de Labordeta, que en 1977
escribió unas crónicas sobre esta tierra desnaturalizada ya, sin
rumbo, que no sabe lo que fue (si alguna vez fue algo), lo que es, ni
lo que quiere ser. Un puro absurdo. Por aquí quedan los últimos
resistentes, como Xoquín o Maestre Paz, entre otros. Pero sin
El-Llaboreta, tras el que no-se-esconde Labordeta, Paletonia es cada
vez mas Paletonia. Paletonia del Imperio Romano. Ahora Paletonia
del Imperio Germánico de Merkel y las voces del Imperio del
No-Se-Qué. Sólo queda seguir leyendo y recordando a Labordeta,
para no acabar del todo pensando como todos.
“...
Villa Paletón se hizo un monstruo, pues la ilusión era meter a todo
el personal en ese corrico: cuanto más gente, más casas; cuantas
más casas, más cemento; cuanto más cemento, más dividendos y
cuantos más dividendos, más alegría en el templo Pardus
Vincitorix, directamente unido a los templos romañones de los Alpes
– actual Suiza.”
(de
“Historia de Paletonia”, de Jose Antonio Labordeta).
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