Muchos
libros por leer. Consecuencias del libro electrónico, un juguete
que distrae en estos días con más lluvia de la habitual en
Zaragoza, con fríos que vienen y van pero que llegarán con más
fuerza en cualquier momento. Mañanas con buenas raciones de
absurdas clases, pero con alguna gota de humanidad en la otra cara de
la moneda. Tardes para buscar alguna línea, mía, ajena. Unas
nueces con chocolate y café para coger fuerza. Un partido de
baloncesto, una película, un poco de música o unos versos de
Borges.
“...
Ahí están en los altos anaqueles, / cercanos y lejanos a un tiempo,
/ secretos y visibles como los astros. / Ahí están los jardines,
los templos.”
(De
“El guardián de los libros”, Jorge Luis Borges)
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