Recordar pasadas Nochebuenas, recordar los que no están y acercarse a los que sí están, armarse de valor en esta Navidad, Natividad, Nacimiento, Oportunidad de cosas nuevas, de proyectos, de viajes, de luchas, de esperanzas y de tempestades con las que habrá que lidiar. En medio de eso, arranco la mañana con la lectura de Stevenson, que será un ritual más en cada Nochebuena. Repaso estos días mis notas a lápiz y bolígrafo del año y veo cada dos por tres palabras como confusión e incertidumbre, ante las crisis personales, siempre acechantes, y ante la general, feroz. Y leo en Stevenson antídotos frente a esto, en una mirada a palabras siempre en desuso, como honradez y amabilidad. Cierro el pequeño libro y escribo.

(de “Sermón de Navidad”, Robert Louis Stevenson)
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