Últimos
días del año, el deseo de independencia en el trabajo, en un nuevo
libro. ¿Renunciar al sueño y volver poco a poco a lo real? ¿O
seguir hasta los confines de lo posible? Esa es la decisión.
"Hay
un antiguo adagio atribuido a Platón que divide en tres escalas de
valores a los seres humanos: los vivos, los muertos y los navegantes.
Es una apreciación excesiva, pero no seré yo quien desmienta al
que la acuñó, como tampoco diré nada en contra de la extremada
sentencia de Plutarco: "Navegar es necesario, vivir no lo es",
tan aprovechada luego por los divulgadores del pensamiento romántico.
Lo digo porque todo aquel que decide, ya sea en un repente fervoroso
o después de una meditada elección, mantener unas relaciones más o
menos estables con la mar, tiende también a desentenderse de ciertas
pautas convencionales de la vida cotidiana."
("Del
mar y la memoria", José Manuel Caballero Bonald)