Bitácora de Sergio Casado

lunes, 26 de noviembre de 2012

El puerto de la Luz


Cuando menos lo esperas, un párrafo espléndido en un rincón escondido. Un autor que no has transitado a fondo, pero con rincones y textos que merecen explorarse. Hay que buscar constantemente puerto para recobrar fuerzas, un Puerto de la Luz como el que se describe en el “Cuaderno de Godo” de Aldecoa, autor viajero y aventurero.


... Entran los grandes barcos y se alimentan del oleoducto. Barcos de todos los continentes. Petroleros y cargos y trasatlánticos de pasaje. Un barco está pintado de un delicado color violeta hasta la línea de flotación; del violeta que usan algunas señoras mayores en las decimonónicas cintas del cuello. Un petrolero gris azulado se despide con un largo sirenazo. En el Puerto de la Luz los colores de los barcos tienen una fuerza y un temblor especiales. Las grandes letras naranjas de un barco holandés alegran el ojo del que las mira. Un cargo inglés muestra bajo la línea de flotación cuatro pies de pintura verde esmeralda. Pero el traje común de la mayoría es negro hasta la línea de flotación, rojo desde la línea hasta la quilla. Los barcos siempre visten de sport.”
(de “Cuaderno de Godo”, Ignacio Aldecoa)

domingo, 18 de noviembre de 2012


Días de despidos masivos, de seguir con el saqueo. Así lo hemos querido. En Iberia, en el diario “El País”, en el derrumbe de una frágil muralla que pensábamos era de grueso ladrillo y era sólo de barro. Mientras sigue cayendo la que está cayendo, ando leyendo la autobiografía de Rafa Nadal, no sé si idea suya o de algún editor avispado. Parece hecha a todo correr, encargándola a un tipo con estrella, John Carlin. Aquí hay párrafos plomizos, cansinos, describiendo el juego, pero en ocasiones hay también reflexiones del propio Nadal, uno de los grandes tenistas de la historia, que brillan, que son el verdadero zumo del que se puede sacar algo. La filosofía del aguante impuesta por Toni Nadal es una de ellas. Un libro prematuro pero que me trae un rato de entretenimiento antes de pasar a lo siguiente.


La misión de Toni era, como siempre, encontrar las palabras justas para la ocasión. Pero esta vez dudaba. Más tarde admitió que, cuando se puso a llover en aquel quinto set, se había resignado a verme perder. Procuró poner una cara resuelta, se esforzó por reprimir lo que en realidad sentía y me soltó un breve sermón que ya había oído en anteriores ocasiones y que pronunció mecánicamente, de eso me di cuenta.
Mientras yo estaba sentado en el banco, se inclinó hacia mí y dijo:
Mira, por pequeña que sea la posibilidad de ganar, lucha hasta el final. La recompensa es demasiado grande para que no te esfuerces. Muchas veces, los jugadores, por desánimo o agotamiento, no presentan la batalla que exigen las circunstancias, pero si hay una posibilidad, sólo una, lucha por ella hasta que todo esté perdido. Si consigues que el marcador llegue a estar 4-4, no será el que mejor juegue el que gane, sino el que mejor controle sus nervios.””
(de “Rafa. Mi historia”, Rafa Nadal & John Carlin)

viernes, 9 de noviembre de 2012


Búsqueda de textos, de líneas, de ese párrafo escondido. Hay que revolver y revolver paja para buscar ese grano que puede andar donde menos lo esperas. Escuchar buena música. Intentar apartarse de la obsesión económica general, esa que hace que en estos días la gente se tire por la ventana y parezca que no pasa nada. Es una sociedad muy enferma. Todos los estamos. Es como una gran gripe general por culpa del dinero. Hay que arroparse con libros. Muchos libros. La educación, la mejor educación posible, la formación de uno mismo, la lectura permanente, el estudio de idiomas, la lucha permanente por la dignidad, por ser independiente, no otro borreguito.


La vieja mano/ sigue trazando versos/ para el olvido”
(de “Diecisiete Haiku”, Jorge Luis Borges)


lunes, 5 de noviembre de 2012


Muchos libros por leer. Consecuencias del libro electrónico, un juguete que distrae en estos días con más lluvia de la habitual en Zaragoza, con fríos que vienen y van pero que llegarán con más fuerza en cualquier momento. Mañanas con buenas raciones de absurdas clases, pero con alguna gota de humanidad en la otra cara de la moneda. Tardes para buscar alguna línea, mía, ajena. Unas nueces con chocolate y café para coger fuerza. Un partido de baloncesto, una película, un poco de música o unos versos de Borges.


... Ahí están en los altos anaqueles, / cercanos y lejanos a un tiempo, / secretos y visibles como los astros. / Ahí están los jardines, los templos.”
(De “El guardián de los libros”, Jorge Luis Borges)